Escalando las dificultades para vivir en Victoria.
Hab. 3:19
Jehová el Señor es mi fortaleza,
El cual hace mis pies como de ciervas,
Y en mis alturas me hace andar.
Amada hermana, dedico hoy estas letras, pues se que en ocasiones te sientes débil, cansada como que tu Fe ha comenzado a menguar. Quizás estés enfrentando una gran batalla donde sientes el cansancio y el agotamiento físico y espiritual, del fragor de la misma
Sabes el Rey David, durante el periodo en que ya siendo un Ungido de Jehová para sustituir al Rey Saúl, el antes de tomar el trono tuvo que enfrentarse a cruentas batallas, con los diferentes enemigos que se presentaron en el transcurso de su llamado y la peor de todas fue el tiempo que tuvo que crecerse ante el ataque del Rey Saúl por el celo y la envidia.
El tuvo que pasar por la persecución a muerte de Saúl, mientras que el no fue capaz de revertir el ataque porque le amaba y respetaba como el Rey ungido de Jehová, y además por el temor reverente que el Sentía hacia el Dios Omnipotente.
Pero sabes algo amada o amado lector que estas leyendo este mensaje, David a pesar de todo el dolor y la tristeza por la que pudo haber pasado no dejo de confiar en Jehová.
Salmo 18 (1-7)
Te amo, oh Jehová, fortaleza mía.
Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador;
Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré;
Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.
Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado,
Y seré salvo de mis enemigos.
Me rodearon ligaduras de muerte,
Y torrentes de perversidad me atemorizaron.
Ligaduras del Seol me rodearon,
Me tendieron lazos de muerte.
En mi angustia invoqué a Jehová,
Y clamé a mi Dios.
El oyó mi voz desde su templo,
Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.
La tierra fue conmovida y tembló;
Se conmovieron los cimientos de los montes,
Y se estremecieron, porque se indignó él.
Así como estuvo el Salmista puedes en este preciso momento estar rodeado por la perversidad de aquellos que te hacen la guerra, para derrotarte, aquellos que planean en tinieblas perversas maquinaciones para tratar de arrastrarte quizás hasta la muerte; pero también el salmista dijo:
En mi angustia invoqué a Jehová,
Y clamé a mi Dios.
El oyó mi voz desde su templo,
Salmo 18:16
Envió desde lo alto; me tomó,
Me sacó de las muchas aguas.
Me libró de mi poderoso enemigo,
Y de los que me aborrecían; pues eran más fuertes que yo.
Me asaltaron en el día de mi quebranto,
Más Jehová fue mi apoyo.
Me sacó a lugar espacioso;
Me libró, porque se agradó de mí.
Jehová me ha premiado conforme a mi justicia;
Conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado.
Porque yo he guardado los caminos de Jehová,
Y no me aparté impíamente de mi Dios.
Pues todos sus juicios estuvieron delante de mí,
Y no me he apartado de sus estatutos.
Fui recto para con él, y me he guardado de mi maldad,
Por lo cual me ha recompensado Jehová conforme a mi justicia;
Conforme a la limpieza de mis manos delante de su vista.
Con el misericordioso te mostrarás misericordioso,
Y recto para con el hombre íntegro.
Limpio te mostrarás para con el limpio,
Y severo serás para con el perverso.
Amada levántate y mira como el te fortalece, cuando le invoca, el te oye y te responde, el te hace andar sobre tus alturas. Suelta el Temor que hace que te detengas y como cierva escala las dificultades que hasta hoy te han estado deteniendo en el tiempo, camina hacia delante porque sobre toda batalla, guerra, limitaciones, aparente impedimento, El te hace andar y caminar en pos de sus pasos y vas ha poder llegar a la cima y caminar con el Altísimo en Victoria.
Hubieron en las historias bíblicas mujeres que escalaron las dificultades pero hoy te voy a escribir sobre tres de ellas:
Tamar (extranjera) fue una de ellas en la historia de viuda, por un tiempo este varón de Dios dice la escritura que se alejo de la tribu o clan, y en ese tiempo tuvo tres hijos con mujer que no pertenecía al pueblo de Dios, el mayor de Juda se llamo Er y su mujer fue Tamar dice la escritura que Er fue malo a los ojos de Jehová y Jehová le corto la vida, al quedar viuda ella debía de dársele en matrimonio a los hijos menores y Juda la caso con Onan pues el debía levantar descendencia a su hermano, pero Onan vertía en tierra y también Jehová lo corto de la tierra de los vivientes,. Al ver Juda lo que había acontecido no le daba a Tamar a su Hijo el menor Séla… la escritura dice que ella se quitó las vestidura de su viudez y se cubrió con un velo y se arrebozo y se puso a la entrada de Nain y la vio Juda y la tuvo por ramera… y se llego a ella, antes ella le dice que prendas me darás… yo te enviare del ganado un cabrito, dame una prenda hasta que lo envíes… tu sello, tu cordón y tu báculo que tienes en tu m ano…
Al tiempo ella concibe de el y es tomada como pecadora y es llevada ante Juda por haber fornicado… pero ella dijo del varón cuyas es estas cosas… y dijo Juda mas justa es ella que yo
En esta historia que concierne a Judá, la integridad de la descendencia corre peligro. Pero la acción arriesgada de una mujer previene que la descendencia de Judá sea cortada. El hecho es significativo porque de esta descendencia viene el rey David y Jesucristo.
No se nos dice el tiempo exacto en que Judá se aparta de sus hermanos y forma su propia familia independientemente. El problema surge ante el impedimento de continuación de la descendencia. En un sistema patriarcal, la descendencia del primogénito es crucial para la identificación y dirección del clan. Para proveer en casos en que el primogénito moría sin dejar hijo se establece la ley del levirato. Esta ley permitía que el hermano del primogénito muerto sin hijo, le hiciera concebir a la viuda. El hijo nacido era entonces la cabeza del clan. Y este es el caso de Judá. Su hijo mayor muere sin hijos. Y aunque él aplica la ley del levirato con su segundo hijo, éste también, por razones egoístas, muere sin dejar hijos. Judá teme que el mal está en la mujer y engañosamente le promete su tercer hijo, aunque ya decide no darlo en casamiento.
Al final Judá también queda viudo, poniendo en peligro aun más la sobrevivencia de su línea patriarcal. Aquí es donde aparece Tamar, la dos veces viuda y personaje principal en el desarrollo de esta historia. Ella hace varias cosas para ser el instrumento de descendencia de este patriarca. Primero, espera un tiempo suficiente para el cumplimiento de la promesa de casamiento con el tercer hijo. Pero pronto se da cuenta que ello no ocurriría. Segundo, toma la decisión de quedar encinta del mismo Judá. El relato bíblico no menciona la motivación de esta decisión tan riesgosa y de dudosa moralidad. La explicación que se desprende de la historia es que ella toma el privilegio de la descendencia con mucha seriedad y responsabilidad, mucho más que el propio Judá, recipiente directo de la promesa patriarcal. Ella, aunque extranjera, acepta que esta es una descendencia especial y necesaria en los planes de Dios. Para llevar a cabo su decisión se disfraza de prostituta ritual, costumbre social y religiosamente sancionada en la cultura cananea. Así logra tener relación con Judá, de quien concibe hijos mellizos, uno de los cuales (Fares) continúa la línea de descendencia de Judá hasta el mismo Jesucristo.
Esta mujer a pesar de todo escalo la dificultad que la estaba rodeando y sin temor confiada en el Dios de Juda, llego a la cima y alcanzo la victoria.
Y puedo seguir escribiendo sobre Rut la moabita un caso también de redención, o de Rahab la ramera, que creyó y confió en el Dios de Israel y pudo salvarse ella y su familia…
Estas mujeres, su fe y confianza hacia el Dios Omnipotente hizo que ella esperaran en Dios para así vencer la dificultad y la crisis que se les había presentado en sus vidas, y eso hizo que todas hallaran gracias ante Jehová y escalaran sobre todo problema y alcanzaran con la ayuda de Dios la Victoria , para ti también es la promesa de Dios,
Isaías 26:1
En aquel día cantarán este cántico en tierra de Judá: Fuerte ciudad tenemos; salvación puso Dios por muros y antemuro.
Abrid las puertas, y entrará la gente justa, guardadora de verdades.
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.
Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos.
Porque derribó a los que moraban en lugar sublime; humilló a la ciudad exaltada, la humilló hasta la tierra, la derribó hasta el polvo.
La hollará pie, los pies del afligido, los pasos de los menesterosos.
El camino del justo es rectitud; tú, que eres recto, pesas el camino del justo.
También en el camino de tus juicios, oh Jehová, te hemos esperado; tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra alma.
Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia.
Habacuc. 3:19
Jehová el Señor es mi fortaleza,
El cual hace mis pies como de ciervas,
Y en mis alturas me hace andar.
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