martes, 17 de abril de 2012

Ayudando al prójimo

Lucas 10(25-37)

El pasado miércoles cuando me dirigía hacia mi tiempo de Internet, con el tiempo bien contado viví una experiencia tremenda pues me vi. En la encrucijada de ayudar a cruzar la calle L a una anciana con una profunda limitación en su caminar… y de pronto me dije o llego tarde y pierdo la oportunidad de entrar hoy o la tomo del brazo y la ayudo a pesar de… y asi lo hice decidí por la ancianita… y tampoco llegue tarde a mi tiempo de Internet.
Cuando termine  con el mandato de Dios, me sentí reconfortada por El Altísimo y satisfecha conmigo misma… por otro lado Dios obro para que pudiera estar en tiempo.
El Espíritu Santo me trajo a reflexión la parábola del Buen Samaritano.
Una historia que demuestra el verdadero amor hacia el prójimo.
QUIÉN ES MI PRÓJIMO
Lucas 10:25-37

Un experto en la ley se le presentó a Jesús para ponerle a prueba, y le preguntó:
Maestro: ¿qué es lo que tengo que hacer para poseer la vida eterna que Dios ha prometido?
-¿Qué es lo que está escrito en la Ley? -le preguntó a su vez Jesús-. ¿Qué has aprendido tú?
-«Ama al Señor tu Dios con todo el corazón, y con toda el alma, y con todas tus fuerzas y con toda tu inteligencia»; «y a tu prójimo, como te amas a ti mismo» -le contestó el experto en la ley.
-¡Buena respuesta! Pues, hazlo, y tendrás la vida -le dijo Jesús; pero el hombre, queriendo quedar bien, le preguntó otra vez:
-¿Y a quién se refiere eso del prójimo?
Jesús, entonces, le puso un ejemplo:
-Cierto hombre iba por el camino que baja de Jerusalén a Jericó, cuando le salieron al paso unos bandidos que le dieron de palos, le quitaron todo lo que llevaba y le dejaron medio muerto. Sucedió que le vio un sacerdote que iba bajando por aquel camino; pero no le hizo caso y pasó de largo. Luego sucedió lo mismo con un levita que se acercó por allí; que también le vio, pero pasó de largo. Por último pasó un samaritano que iba de viaje; y cuando llegó por allí le vio, y le dio lástima de él; así es que se le acercó y le curó las heridas con aceite y vino y se las vendó; luego le montó es su cabalgadura y le llevó al mesón, donde siguió cuidando de él. Al día siguiente, como tenía que seguir su viaje, sacó el jornal de dos días y se lo dio al mesonero, y le dijo: «Cuídamele, y yo te pagaré lo que te gastes de más la próxima vez que pase.» Y ahora, dime: ¿Cuál de los tres dirías tú que fue el prójimo del que había caído en manos de los bandidos?
-El que le trató con misericordia -contestó el experto en la ley.
-Pues, anda; obra tú de la misma manera -le dijo Jesús.

En primer lugar, vamos a mirar la escena de esta historia. La carretera de Jerusalén a Jericó era notoriamente peligrosa. Era una carretera estrecha, bordeada por rocas, con vueltas y revueltas que la hacían terreno abonado para los bandoleros.  
En segundo lugar, fijémonos en los personajes.
 (a) Tenemos al sacerdote. Se apresuró a pasar de largo. Sin duda tenía presente que, si tocaba a un muerto, quedaba siete días en estado de impureza legal (Números 19: I1). Eso le impediría cumplir sus deberes en el templo, y no podía arriesgarse. Las exigencias rituales estaban por encima de la caridad. El templo y la liturgia contaban más para él que la vida de un hombre.
(b) Tenemos al levita. Este parece que se acercó más al herido antes de pasar de largo. A veces los bandidos usaban reclamos así: uno de ellos se haría el herido; y, cuando un viajero ingenuo se paraba a ayudar, los otros bandidos se le echaban encima y le robaban. Tal vez el levita tenía la consigna de que «lo primero es la seguridad.» No valía la pena correr riesgos para ayudar a nadie.
(c) Tenemos al samaritano. La audiencia. Esperaría que ése fuera el más despiadado de todos. A lo mejor no era samaritano de raza, porque los judíos no tenían trato con los .samaritanos, y sin embargo parece que éste era un viajante de comercio al que conocía bien el mesonero.
En Juan 8:48  los judíos llaman samaritano a Jesús. Se daba ese nombre a los herejes y a los que no cumplían la ley ceremonial. Tal vez este hombre era samaritano en el sentido de que los judíos fanáticos le despreciaban.
Notamos dos cosas interesantes acerca de él.
- ¡Tenía buen crédito! El mesonero estaba dispuesto a fiarse de él. Tal vez no fuera muy sano teológicamente, pero era honrado.
- Fue el único que estuvo dispuesto a ayudar, pero tenía amor en el corazón.
En tercer lugar, fijémonos en la enseñanza de la parábola. El escriba que le hizo la pregunta a Jesús iba en serio. Jesús le preguntó que qué decía la ley sobre eso. Los judíos practicantes llevaban en las muñecas unas cajitas llamadas. Filacterias en las que guardaban ciertos textos de la ley:    Deuteronomio 11:13-20. «Ama al Señor tu Dios… Es como si Jesús le dijera: «Lee lo que pone en tus filacterias, y encontrarás la respuesta a tu pregunta.» A esos pasajes añadió el escriba Lev19:18  que manda al hombre amar a su prójimo cómo a sí mismo; pero, con su pasión por las definiciones, los rabinos se preguntaban quién era el prójimo; los más estrechos contestaban que el prójimo era otro judío. Algunos hasta llegaban a decir que era ilegal ayudar a una mujer gentil en el momento del parto, porque eso sólo sería ayudar a que hubiera otro gentil en el mundo. Así. Que la pregunta del escriba "¿Y a quién se refiere eso del prójimo?" era normal.
La respuesta de Jesús implica tres cosas.
 Debemos ayudar al necesitado, y cualquier persona de cualquier nación que está necesitada es nuestro prójimo.
 La ayuda debe ser práctica y no limitarse a sentirlo mucho. Es posible que a eso sí llegaran el sacerdote y el levita, pero no hicieron nada más. La compasión, para ser real, tiene que desembocar en obras.
Lo que Jesús le dijo al escriba nos dice también a nosotros: «Pues, anda; obra tú de la misma manera.»
El  samaritano, actuó en lugar de teorizar.
De esta parábola aprendemos que nuestro amor a nuestro prójimo es como si cada vez que actuamos lo estamos haciendo como si fuera para uno mismo,
Cuando aquella anciana me intercepto en el camino, cuando yo iba bien apurada y me detuvo para pedirme el favor de ayudarla a cruzar la calle, anciana que producto de su edad caminaba lenta, y eso me iba a causar un retraso en mi tiempo pues si llegaba tarde perdía la posibilidad de entrar a mi tiempo de maquina, podía haberme hecho la desentendida y seguir mi camino pero estaría actuando como el sacerdote o el levita, ambos tenían deberes litúrgicos que cumplir, y era mas importante para ellos sus obligaciones que mirar las necesidades de una persona.
Pero lo bello, lo que tiene valor para nuestro Dios es mirar primeramente a las Personas que nos rodean, sin importar credo ni religión, mirar que necesidad pueden tener, sabes haciendo eso ganarías un alma para El Reino,  cuando llegué al otro extremo de la calle con la anciana, le hable de la palabra y ella me dijo: Hija otras personas me han dicho lo mismo que tu, verdaderamente las personas que tiene esa Fe son bondadosa y dan a cambio de nada, eso me reconforto pues gracias a la acción amorosa que tenemos en nuestro corazón pues El Dios al cual servimos, el es el Amor.
Jesús lo hizo lo vemos en Juan 4 con la Samaritana, Esta mujer sufrió un cambio en su vida para la gloria de Nuestro Salvador pues el llego a tiempo a su vida, y aun mas gano las almas de aquella nación despreciada por sus coterráneo, Samaria,… mas tarde cuando vamos al libro de los Hechos vemos como llega la predicación de la Iglesia primitiva a esta región y como ellos aceptaron el mensaje,
Cuantas personas que nos rodean tienen necesidades de diferentes tipos, y teniendo le decimos voy a orar por ti pero no le damos de lo que tenemos:
Personas que necesitan del amor que sobrepasa a todo entendimiento, un abrazo, solidaridad frente alguna situación dolorosa… esto me recuerda cuando el asesinato de mi único hijo, frente a la injusticia que pude sufrir, tuve la contrapartida de sentir el amor y el apoyo de personas que se identificaron conmigo, hermanos en Cristo de diferentes congregaciones, hasta personas siervos de Dios desde el extranjero, pero también de personas que aunque no tenían mi misma Fe, estuvieron a mi lado y eso me hizo sentir la paz y el amor de Cristo.
Personas que están pasando por alguna situación que por si solo ellos no pueden llegar y ver que halla alguien que desinteresadamente se ofrecen para dar ese apoyo.
Ya sea en un hospital, cuando no hay quien pueda cuidar un enfermo, o en un tramite que esta persona necesita el apoyo de una persona conocedora del tema y del lugar donde necesita llegar.
Personas que necesitan de una ayuda económica y usted puede aportar, muchas veces tiene a un débil y menesteroso a tu lado y pasas de largo como el Sacerdote o el levita, quizás diga lo voy a llevar en oración,… pero lo dejaste atrás pudiendo darle de lo que tienes, pues la Fe sin obra es muerta,
Cuantas personas pasan hambre, o necesitan una ofrenda de amor para suplir cierta necesidad de alguna deuda a pagar y sufre pues no tiene como cancelarla y tú puedes dar para ayudar a tu prójimo.
Cuantos ministerios y siervos de Dios con un llamado a la obra del reino, necesitan de un aporte tuyo para poder predicar el evangelio del reino y Dios te ha dicho, te ha mostrado y te ha instado a dar… y como que esta esperando una nueva confirmación del Altísimo… a que esperas.
Quiero decirte amado que si estas en alguna de las posiciones anteriores, Dios esta tocando tu corazón para que en esta hora salgas a dar de lo que tienes, no te detengas pues para algo tu has llegado al Reino, recuerda que el reino de los cielos se hace fuerte y solo los valientes lo arrebatan, y con tu actitud dadivosa también puedes ganar un alma para Cristo.

Dios te bendiga.

Maranatha

Cristo viene pronto

No hay comentarios:

Publicar un comentario